Los ADAS o sistemas de asistencia a la conducción han cobrado vital importancia durante los últimos años. Estos han sido y son fundamentales a la hora de mejorar la seguridad en nuestras carreteras, por lo que a partir de 2022, la ley obligará a los fabricantes a incluir 10 nuevos asistentes en sus vehículos nuevos.
El elenco de sistemas de asistencia disponibles en los vehículos de última generación es realmente amplio. Por ello, encontramos asistentes capaces de mantener una velocidad constante teniendo en cuenta al vehículo que llevamos delante, frenar en caso de haber un riesgo de colisión o atropello, mantener el vehículo en nuestro carril o avisarnos de si tenemos un vehículo en nuestro ángulo muerto.
A pesar de que los ADAS han ido evolucionando y mejorando su comportamiento para ser cada vez más seguros, tienen que lidiar con una serie de enemigos que en algunas ocasiones les impiden funcionar con total eficacia.
Es importante que los sistemas de asistencia a la conducción vayan mejorando su respuesta contra estos obstáculos, y es que sólo así la industria podrá acercarse a la conducción completamente autónoma.
Estos son los grandes enemigos de los ADAS de nuestro coche
Mala visibilidad
Para que los ADAS que equipa nuestro vehículo funcionen, necesitan una serie de cámaras, radares y sensores para poder tener una “visión” perfecta del entorno que nos rodea, ya sean otros vehículos u obstáculos de la vía.
Estos sistemas de vigilancia suelen ir instalados o bien en el parabrisas o en la parte delantera de nuestro vehículo. Cuando realizamos un viaje, el frontal es la parte que más suciedad acumula puesto que, como si de una flecha se tratase, es el encargado de abrir el camino. Lo mismo pasa cuando llueve, y es que la mayor parte del agua va directamente al frontal de nuestro coche y, por tanto, a estos sistemas de vigilancia de la carretera.
Los resultados de diversos estudios así lo confirman, y es que en el 70% de las ocasiones en las que los sensores estaban sucios o muy mojados, no eran capaces de mantener el coche en el carril de forma correcta. En menor medida, tampoco fueron capaces de reaccionar con seguridad ante una situación de colisión.
Para intentar evitar este tipo de funcionamientos defectuosos, es importante comprobar que las partes de nuestro vehículo que alojan estas cámaras o sensores, no estén cubiertas de suciedad. De ser así, es recomendable lavar el coche para evitar un comportamiento inesperado de los ADAS.
Mantenimiento deficiente
Pese a que normalmente no hay información para el usuario acerca del mantenimiento de los ADAS del coche, es importante que los servicios oficiales o los talleres autorizados estén al tanto de estas revisiones.
A pesar de que este tipo de asistentes no deberían averiarse con el paso del tiempo, el simple hecho de cambiar una luna implica que se debe volver a recalibrar el sensor instalado en la misma. Por supuesto, esta labor debe quedar en mano de profesionales especializados en este tipo de tareas.
Este correcto mantenimiento tiene una gran importancia, puesto que una calibración incorrecta de los ADAS puede provocar un comportamiento defectuoso de los mismos y, por tanto, afectar gravemente a la seguridad de nuestro coche.
Formación insuficiente
A pesar de que los sistemas ADAS cada vez están más presentes en los vehículos, muchos conductores desconocen su funcionamiento. Conocer los sistemas que equipa nuestro coche y, sobre todo, cuál es su funcionamiento, es vital para que estos nos ayuden en una situación comprometida.
Para garantizarlo, es importante que tanto los usuarios como los propios fabricantes, a través de sus comerciales, expliquen y comprendan el funcionamiento de los ADAS y los límites de los mismos al comprar un nuevo vehículo.
Falsa confianza, el peor de los enemigos de los ADAS de nuestro coche
Este punto va completamente ligado a la necesaria formación por parte de los conductores. En muchas ocasiones, el desconocimiento sobre el funcionamiento de los ADAS de un vehículo puede llevar al conductor a tener una falsa confianza en estos sistemas.
Por ejemplo, si un conductor no conoce los límites de un sistema de frenada de emergencia, puede pensar que el riesgo de colisión frontal desaparece por completo, dejando una menor distancia de seguridad e, inconscientemente, aumentando las probabilidades de sufrir un accidente.
De esta forma, es importante conocer el comportamiento y las limitaciones de los sistemas de asistencia de nuestro coche. Por ello, es esencial que los tomemos como unos actores que nos ayudarán en la conducción y nunca delegar toda nuestra seguridad en estos complementos.