El mercado habla claro y se vuelve a imponer la compra inteligente: coches que destacan por su relación precio-producto, con un tamaño medio y grande y motorizaciones no especialmente potentes. Y de entre ellos, las versiones con etiqueta ECO de la DGT están cada día más de moda. Si buscas un coche con esas características, Opel ofrece, probablemente, uno de los coches más interesantes del mercado, el Corsa. Ojo, porque de las cuatro alternativas mecánicas que tiene la gama, hay una que, con diferencia, es la más interesante de todas. Estos son los que descartaríamos y las razones para hacerlo.
Las versiones del Opel Corsa que no compraríamos
Su versión eléctrica la consideramos un buen segundo coche, pero es bastante cara para las posibilidades que ofrece, y tienes opciones mucho más ventajosas que te pueden dar la misma utilidad para moverte por la ciudad por mucho menos dinero; uno de ellos sería el nuevo Citroën ë-C3, un coche verdaderamente fresco por diseño y concepto y, aunque algo más caro que el Dacia Spring, es mucho “más coche” por seguridad, motor, autonomía o calidad.
Segundo descarte en la gama Opel Corsa, aunque hay que reconocer que tiene un precio de derribo: la versión 1.2 Turbo de 101 CV sin ningún tipo de hibridación —etiqueta C, por tanto—, disponible en acabados Edition y GS por 17.800 y 19.700 euros, respectivamente. La verdad es que pocos rivales pueden ofrecerte más por mucho menos, especialmente si eres de los que dan mucha prioridad al confort al volante, la precisión de conducción o el agrado general de funcionamiento.
Y aquí va la tercera y última versión de la gama que no compraríamos: el Corsa 1.2 Hybrid de 136 CV e-DSC6 —esa denominación hace referencia a su cambio de marchas automático de doble embrague—, disponible sólo con acabado GS por un precio de 21.800 euros. ¿Y cuál es la razón por la que este motor no interesa? Pues sencillamente, porque existe un Opel Corsa 1.2 Hybrid e-DSC6 con 101 CV que cuesta mucho menos, tiene el mismo funcionamiento, las mismas ventajas por ser un ECO y gastar muy poco, y en el que apenas notarás la falta de los caballos que diferencian a una y otra versión. En este caso, además, esta motorización sí está disponible con el acabado Edition, así que puedes comprarlo por 22.050 euros, aunque por 400 euros más, sería difícil resistirse a la versión GS, más atractiva por fuera, por dentro, y también algo más equipada.
Puedes encontrar rivales más baratos, pero no tan completos
¿Hay opciones más baratas con una potencia más o menos equivalente e idéntica etiqueta? Sí, pero no son tan completas. Una podría ser el Mazda 2 1.5 e-Skyactiv G de 90 CV, por 18.111 euros, pero además de ser menos potente que el Corsa 1.2 Hybrid, tiene menos potencia, es menos solvente en carretera cuando viajamos cargados y su capacidad de maletero es inferior, 255 litros frente a los 309 litros que tiene el Corsa. El Suzuki Swift 1.2 Mild Hybrid cuesta 15.500 euros, es un coche magnífico para moverse por la ciudad, pero sus 83 CV se quedan algo justos, no tiene un chasis tan preciso y el maletero también es más pequeño. Una alternativa que podría ser preferible es el Peugeot 208 e-DSC6 con el mismo motor y potencia, con un precio incluso algo más bajo, 21.800 euros, aunque su i-Cockpit es el principal aspecto que nos echa para atrás frente a un Corsa de diseño más clásico, pero infinitamente más pragmático.
Diferencias entre el 1.2 Turbo y el 1.2 Hybrid
¿Hay tantas diferencias entre el 1.2 Turbo y el 1.2 Hybrid, los dos con 101 CV? Muchas más de las que imaginas. El 1.2 Hybrid dispone de un motor eléctrico de 29 CV y 55 Nm de par que no suma potencia en el rendimiento global del coche, pero vaya cómo se nota en la respuesta que te ofrece el conjunto mecánico cuando ya estás en movimiento. La marca promete como mayor ventaja que con la versión Hybrid puedes circular durante muchos instantes sólo con el motor eléctrico siempre que la velocidad sea baja y se demande poca aceleración, pero ni es una verdad absoluta ni la mayor ventaja que tiene este propulsor. En realidad, son contadas las circunstancias en las que el Corsa Hybrid se mueve sólo con electricidad; en la mayoría de las ocasiones, son al realizar aparcamientos a baja velocidad, iniciar los primeros metros desde parado y otros pequeños instantes cuando conducimos a velocidades urbanas y se dan condiciones muy favorables.
Pero en realidad, lo que distingue a un motor de otro es que ese pequeño motor de 29 CV, integrado en la caja de cambios, ayuda enormemente al motor térmico cuando se requiere aceleración para, por ejemplo, realizar un adelantamiento, ir cargado y subiendo un puerto de montaña. Aunque la marca anuncia una velocidad máxima y una capacidad de aceleración desde parado prácticamente idéntica, la realidad, como os digo, es bien diferente porque la sensación es la de ir conduciendo un coche con un motor mucho más lleno, con más par —aunque en realidad, ambas versiones anuncian 205 Nm—, y claramente más ágil de respuesta cuando viajamos con todas sus plazas ocupadas. De hecho, de la necesidad de requerir menos aceleración que la que solicitaríamos al motor 1.2 Turbo sin hibridación, se obtiene otra ventaja decisiva: el consumo del 1.2 Hybrid es claramente más bajo, ahorrando alrededor de siete décimas de litro por cada cien kilómetros en utilización mixta.
¿Y respecto al 1.2 Hybrid de 136 CV? La marca anuncia un consumo de una décima superior respecto al motor electrificado de 101 CV, algo totalmente coherente, aunque también promete una diferencia prestacional que realmente no se corresponde con la realidad: según Opel, el Corsa 1.2 Hybrid de 136 CV acelera de 0 a 100 km/h dos segundos más rápido, pero en este caso, es una diferencia que no hemos llegado a apreciar al conducir las dos motorizaciones, probablemente porque en el uso diario difícilmente se aprovechan estos caballos que el motor entrega por encima de las 4.000 rpm, sobre todo cuando el motor aporta tan buen empuje a bajo y medio régimen o dispone de una caja de cambios automática que funciona la mar de bien, aunque no sea perfecta.
¿Qué mejoraríamos?
En realidad, poca cosa. El Corsa es un coche verdaderamente práctico, tiene un interior vistoso aunque las calidades no son para tirar cohetes. Para lo que se estila hoy, el sistema multimedia podría ser algo más completo y el cuadro de relojes ofrecer un diseño más original, pero es un coche de conducción impecable que además destaca por tener una amortiguación bastante bien calibrada. En cuanto al sistema de propulsión, sí es cierto que nos gustaría que el cambio fuera algo más rápido, que la duración del Stop&Start fuera mayor o que pudiéramos desconectar el efecto de frenada regenerativa que utiliza el sistema para recargar su pequeña batería, ya que en ocasiones retiene más de lo deseable.