El aire acondicionado se ha convertido en uno de los elementos más importantes del coche, asi que hay que tener cuidado con él y tenerlo en condiciones para que funcione correctamente durante el día a día, sobre todo en verano. A veces, si no funciona bien, basta con recargar el circuito de aire acondicionado con gas y vuelve a enfriar sin problemas.
Pero, ¿y si hay una fuga de líquido y aunque se recargue continúa sin funcionar? Ahí hay un problema, que se puede resolver con facilidad si se detecta el punto de la fuga. Para ello, muchas veces basta con la simple observación y se puede detectar este problema.
Detectar una fuga de líquido refrigerante del aire acondicionado
Lo primero que se percibe ante este tipo de pérdidas es un aumento de la humedad en el interior del habitáculo. Este incremento de humedad puede provenir del goteo constante del líquido. Se suele producir en los puntos por donde discurre el circuito del aire acondicionado, así que hay una acumulación de líquido en este punto.
Si se detectan estos dos problemas, el mal funcionamiento del sistema de aire acondicionado y la presencia de una humedad abundante en el habitáculo, es el momento de acercarse hasta el mecánico para valore la existencia de una fuga en el circuito.
Aunque el mecánico detecte el punto exacto de la fuga, tendrá que revisar el resto del circuito, porque la existencia de una fuga no indica que no exista otra fuga en otro punto del mismo. El mecánico revisará el circuito y lo recargará. Si funciona correctamente y no hay más fugas, está todo solucionado.
Para tener localizadas las posibles fugas, se puede añadir un colorante al líquido refrigerante para localizar visualmente la fuga.
Es importante tener en condiciones el circuito del aire acondicionado, porque una posible fuga no solo puede provocar un mal funcionamiento del sistema de aire acondicionado, sino que además puede provocar otros riesgos, como un incendio, si el líquido cae sobre una superficie caliente y se inflama.
Un correcto mantenimiento puede evitar todo esto y aunque se produzca, puede prevenirse un riesgo mayor. Las revisiones anuales son muy importantes y ayudan a mantener en condiciones el coche.