martes, 13, mayo

¿Te comprarías un Ford Puma por 23.000 euros?

Venga, ya he pinchado en la noticia, ahora dime cuál es la trampa. Ninguna, siempre que tengas un coche para achatarrar y solicites el Moves III. Entonces sí, puedes comprarte el Ford Puma Gen-E por ese precio. Como seguro habrás adivinado, no se trata de un Ford Puma cualquiera, sino del primero que utiliza tecnología cien por cien eléctrica en la gama. A partir de ya, porque este coche ya se ha puesto a la venta, es el modelo eléctrico más pequeño y juvenil de la marca.

¿Te interesa? Si lo que estás buscando es un coche que te sirva para todo, y ese “todo” implica viajar, nos despedimos aquí. Si lo que buscas es ese segundo coche que se conduce diariamente en la familia, esto tal vez te interese.

¿Cuánto cuesta realmente el Ford Puma Gen-E?

En realidad, los precios del Ford Puma Gen-E, sin ayudas a la compra de vehículo eléctrico, son estos: 30.134 euros para el acabado de acceso y 32.433 euros para el Premium. Si te parecen elevados, ten en cuenta que estás ante uno de los coches eléctricos más competitivos de la categoría, y sobre todo, uno de los coches más divertidos para conducir, porque el Gen-E es, por encima de todo, un auténtico Puma.

En lugar de recurrir a VW, como ocurre con otros eléctricos de la marca, Ford utiliza tecnología propia. En concreto, es el mismo coche, pero con otras proporciones, que el Transit Courier eléctrico que acaba de sacar al mercado, con la misma batería aunque con un motor más potente. Para el Puma, Ford ha querido que el Gen-E sea un coche de hitos en la gama, ya que se convierte en el coche actualmente más potente de la gama, equipando una unidad eléctrica en el eje delantero de 168 CV y 290 Nm de par.

¿Cómo se comporta en carretera?

La verdad es que sus prestaciones no hacen justicia a una potencia tan alta, pero nadie echará en falta más capacidad prestacional. Es un motor que, recurriendo a expresiones como cuando hablamos de motores térmicos, diríamos que es un poco “durito”, porque para que te dé y sientas toda la fuerza que es capaz de transmitir a las ruedas delanteras, necesitas hacer más presión sobre el acelerador de la normal.

En cierto modo, es parte del ADN de este coche, de carácter deportivo, y con un comportamiento endiabladamente divertido. Como decimos, el motor en sí no entusiasma aunque sea capaz de hacer que el Puma gane velocidad con suficiente agilidad, pero lógicamente, tiene ese placer de uso de puro eléctrico: suave, progresivo, libre de ruidos, bastante constante y, sobre todo, muy eficiente.

Algo de lo que se ha valido Ford para poder montar una batería no demasiado grande, no demasiado pesada y ser capaz de sacarle 367 km de autonomía. No está nada mal en comparación con rivales de su categoría que tienen baterías mayores, pero a la hora de intentar viajar, esa cantidad de kilómetros, ajustada al consumo que mantendríamos en autopista, se reduce hasta ofrecer una autonomía demasiado modesta.

Los consumos anunciados por la marca son 13,1 kWh/100 km para el acabado básico y 13,7 kWh/100 km para el Premium. Lo dicho, cifras de referencia en su clase. La batería se puede cargar en corriente continua a 100 kW de potencia, necesitando unos 23 minutos para realizar una carga completa.

El bajo centro de gravedad que proporcionan las baterías y el motor han compensado sobradamente el incremento de peso del Puma Gen-E, cifrado en alrededor de 300 kilos respecto a versiones de combustión. Eso es equivalente a decir que el Ford Puma Gen-E es uno de los SUV con más carácter y mejor comportamiento de su categoría.

Gusta su tacto de dirección siempre firme, su suspensión bastante rígida, la magnífica presión de su tren delantero y lo juguetón y ágil que es a la hora de conducirlo. No sin ello ser, además, un coche que da una alta impresión de seguridad cuando conducimos a alta velocidad.

Conducirlo no tiene misterio, pero se puede sacar mucho partido al sistema eléctrico si juegas con sus modos de frenada regenerativa o el One-Pedal, con el que casi no tendremos que utilizar el freno excepto para situaciones de cierta emergencia.

El Ford Puma Gen-E cambia ligeramente de aspecto, pero es realmente la parrilla delantera cerrada la que hace que esta versión se distinga de la gama. Las láminas inferiores del paragolpes también son distintas, al igual que las llantas o el alerón posterior. En el habitáculo, el mayor cambio viene dado por la ausencia de la palanca de cambios en su posición habitual, ya que el Gen-E la tiene ubicada en el volante. Esto ha permitido aumentar la zona de almacenamiento de la consola que separa a los dos pasajeros delanteros.

En realidad, también cambia la altura del piso respecto a los asientos, algo que condiciona la habitabilidad de las plazas posteriores, aunque la cota más controvertida es realmente la anchura. El maletero, sin embargo, es gigante, porque el denominado Gigabox que encontramos debajo del piso se ha convertido en un Megabox al aprovechar el espacio que antes ocupaba el escape. Así, consigue nada menos que 523 litros en la zona posterior, a los que hay que sumar otros 43 litros del hueco que Ford ha sabido sacar sobre el motor delantero.

Siguiendo con el habitáculo, una doble pantalla de 12,8 pulgadas para el cuadro de instrumentos y 12 pulgadas para el sistema multimedia proponen un puesto de conducción muy satisfactorio, así como un ambiente moderno y vanguardista, aunque el Puma es un coche que agradecería materiales un poco mejores al tacto.

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