Las razones son las mismas: ingenio para convertir una berlina en un automóvil versátil, una buena dosis de diseño, algo que la marca tenía pendiente pero que en los últimos años ha demostrado que se ha puesto sobradamente al día, innovación, tecnología, motores de primera línea… Un Skoda, eso lo dice todo. Un Superb, eso lo deja todavía más claro. Está aún “calentito”, recién presentado en sociedad, y apunta maneras para volar alto.
Berlina y Combi, con más capacidad (aún).
Skoda mantiene sus dos carrocerías, la Berlina y el Combi, un acertado ataque al VW Passat que solo se ofrece a partir de esta generación con carrocería Variant. Al igual que él, solo es ligeramente más grande, 4 cm en total en longitud. El Skoda Superb Berlina mide 4,91 metros, 1,85 m de ancho y tiene una altura de 1,48 m. La longitud del Combi es un centímetro menor. Pueden parecer diseños clásicos, pero son más imponentes que nunca, sobre todo en aprovechamiento del espacio. Si el Sedán llega a 645 litros, 20 más que antes, el Combi tiene ahora una capacidad de carga de 690 litros, 30 litros más que la tercera generación que se lanzó en 2015. Con los asientos abatidos, el Combi llega a 1.920 litros de capacidad de carga. Sin duda, auténticos reyes del espacio.
El diseño es más refinado, cuenta con la nueva parrilla octogonal, logotipo de la marca en el capó, posibilidad de luces Led Matrix de tipo BiLed, de serie en el acabado L&K, el más exótico de la gama, ahora con un 40 por ciento más de potencia luminosa que los de la generación anterior. El Skoda Superb en carrocería berlina depura el Cx hasta un valor de 0,23, un diez por ciento mejor que antes; el Combi deja el coeficiente aerodinámico en 0,25, un 15 por ciento en este caso mejor que su predecesor, consiguiendo, por tanto, mayor refinamiento por ruido o superior eficiencia de sus motores, aspecto en el que Skoda, por cierto, sigue dando la talla.
El Superb dispone de cortina activa detrás de la toma frontal de aire, también un sistema controlado automáticamente para la ventilación de los frenos, deflectores mejorados en las ruedas delanteras, cubierta optimizada en la parte inferior del vehículo. No cabe duda de que Skoda se ha dejado la piel para saltar de categoría y poder competir con los grandes, desarrollando un vehículo muy elaborado y avanzado. Las luces posteriores son un nuevo elemento característico de la zona posterior. Son más delgadas y estilizadas y están disponibles en dos versiones.
Un nuevo interior de vanguardia.
Mucho y buen avance, sobre todo para salir de ese aspecto sobrio que siempre ha caracterizado a la marca. La consola central tiene ahora un nuevo diseño que proporciona más espacio de almacenamiento y confort entre los dos pasajeros delanteros. Para ello, el mando del cambio, siempre automático, pasa a estar ubicado ahora en la caña de la dirección. Pero hay muchas más novedades.
La pantalla del cuadro de relojes Virtual Cockpit es de 10 pulgadas y es de serie en todas las versiones, y dispone de una altísima capacidad de personalización, así como una resolución impresionante. Por primera vez, está disponible con Head-Up Display opcional, reflejado en este caso en una pantalla virtual de 10 pulgadas. Para el sistema multimedia hay dos formatos, uno de 10 pulgadas como equipamiento estándar y otro de 13 pulgadas. Pero esta generación estrena nuevos gadgets.
Lo que aparentemente serían los mandos físicos de la climatización esconden nuevas sorpresas, los . Son en realidad Smart Dials, botones hápticos y digitales de 32 mm de diámetro que permiten el acceso rápido a diferentes funciones del vehículo, como la temperatura de la climatización, los asientos ventilados, el volumen del sistema de infoentretenimiento, la dirección del aire de la climatización o hacer zoom en el mapa de navegación, según el mando que configuremos. Mucho más modernos, indudablemente. También con más calidad, incluso cuando Skoda ha introducido una nueva generación de materiales sostenibles.
Gasolina, Diésel e híbrido enchufable.
La oferta de motores permite acceder a una tecnología de propulsión para cada necesidad. El motor de entrada en gasolina, por ejemplo, es el 1.5 TSi con microhibridación y sistema de desconexión de cilindros, y por tanto, con pegatina ECO de la DGT. Tiene 150 CV de potencia y al igual que el resto de propulsores, está equipado con el cambio automático DSG de 7 velocidades. Completan la oferta en motores TSi de gasolina dos unidades de 2.0 litros, con 204 CV y 265 CV, este último, de aspiraciones deportivas. En Diésel, dos archiconocidos motores basados en el 2.0 TDi, con 150 o 193 CV, este último, al igual que el motor de gasolina de mayor potencia, asociado siempre a la tracción total.
Y como motorización estrella, por su tecnología y eficiencia, nuevo híbrido enchufable basado esta vez en el 1.5 TSi de ciclo Miller, en lugar del anterior 1.4 litros, logrando una potencia combinada del sistema de 204 CV, eso sí, sólo disponible para la carrocería Variant. Lo más significativo es que esta versión híbrida enchufable del Skoda Superb de cuarta generación deja atrás la batería de 12,7 kWh y monta ahora una con una capacidad de 25,7 kWh, lo cual permite que pueda cubrir hasta 100 km en modo eléctrico según ciclo WLTP. Se puede cargar en corriente alterna a 11 kW de potencia o hacerlo a 50 kW en puntos rápidos, necesitando solo 25 minutos para una carga hasta el 80 por ciento.
En cuanto a mejoras en seguridad, el Skoda Superb incorpora nuevos sistemas como el Turn Assist, capaz de frenar el vehículo si a la hora de girar viene otro vehículo en dirección contraria, o el Crossroad Assist, el cual utiliza el radar y la cámara frontal para advertir de forma acústica o visual cuando hay presencia de peatones o ciclistas en cruces de poca visibilidad. Sistemas como el Emergency Steering Assist, Travel Assist, Side Assist o Front Assist también han sido revisados y optimizados.
En resumidas cuentas, mucho más coche, mucha más eficiencia, más estilo, calidad, equipamiento, refinamiento y también más ambiciones. Apostamos a que es un éxito seguro.