Saltaron las alarmas cuando a principio de año VW anunció que la producción del VW Polo cesaría en Europa. Como principal damnificada, la planta de Landaben, en Navarra, fiel al VW Polo durante cuarenta años en los que la fábrica ha llegado a producir, desde el 20 de marzo de 1984, nada menos que 8.422.161 unidades de este utilitario que se han repartido por toda Europa.
Los planes de electrificación de la marca daban por perdido al Polo, cuya producción para Europa sigue en vigor en la factoría sudafricana de Kariega. Su lugar lo ocuparán modelos basados en la plataforma MBW Entry de las marcas Skoda y VW: el Epiq y un SUV derivado del ID.2, compartiendo centro de producción con el VW T-Cross y VW Taigo que sí siguen su actual ritmo en la planta de Navarra.
Por su parte, Martorell será la fábrica que acoja al nuevo Cupra Ravel y al VW ID.2 con carrocería turismo. Pero si el anunciado cese del VW Polo haría pensar que el utilitario de éxito de VW pasaría a mejor vida, ahora, responsables de la marca confirman que al VW Polo le queda mucha vida por delante. En concreto, ha sido en el marco del Salón de los Ángeles donde Kai Grünitz, miembro del Consejo de Dirección de la marca, confirma no sólo un nuevo y alentador libro de ruta para el VW Polo, sino también una carambola que permitirá a VW ofrecer una visión más pragmática de la electrificación.
Nuevos motores electrificados y más seguridad
El actual VW Polo, y en realidad, todos los modelos de las diferentes marcas del grupo que utilizan la plataforma MQB A0, presentan dos incompatibilidades. Una de ellas es que no dispone de ningún motor electrificado, clave no sólo para superar la futura norma Euro 7 de emisiones, sino también para compensar a la baja las emisiones medias de la gama. Y un segundo problema es que esta arquitectura también necesita una actualización para seguir superando con éxito las pruebas de seguridad.
Todo ello hacía presagiar la desaparición del VW Polo al menos a corto y medio plazo en el mercado europeo. Pero VW parece ser que le va a conceder un ciclo más de vida, e incluso se plantea importantes cambios en la política de plataformas térmicas y eléctricas de la gama baja. Según confirmado el jefe de I+D de la marca, el VW está obligado a actualizar su actual gama de motores por otros que estén electrificados, y parece que VW apuesta por una tecnología más compleja que los sistemas Mild Hybrid para algunos de sus posibles propulsores.
Con una oferta basada en unidades 1.0 de tres cilindros y 1.5 TSi de cuatro cilnidros, además del GTi, es de suponer que estos motores pasarían a emplear tecnología eTSi, casi con seguridad, incorporando un pequeño motor eléctrico que proporcione asistencia al motor de gasolina. Sería, por tanto, una tecnología equivalente al nuevo motor 1.5 eTSi que acaba de estrenar el grupo en diferentes modelos que utilizan la plataforma MQB, de la que, por cierto, han eliminado el motor 1.0 eTSi en favor de un 1.5 eTSi con 116 CV.
Desconocemos realmente qué alternativas podría emplear la marca, pero se barajan varias posibilidades: ofrecer el 1.0 eTSi Mild Hybrid con 116 CV como opción de acceso, un motor que ha dejado de ofrecerse en el Golf 8.0, por ejemplo, y combinarlo con la versión más moderna del 1.5 eTSi, con 150 CV y el citado motor eléctrico intercalado entre la caja de cambios y el motor de gasolina; o dejar exclusivamente el motor 1.5 eTSi con los dos niveles de potencia, 116 y 150 CV, como utiliza el VW Golf 8.5 en la actualidad, motor que, como hemos dicho, se ha estandarizado ya en los diferentes modelos MQB del grupo.
VW se plantearía unificar plataformas térmicas y eléctricas para la gama baja
Eso sí, el Polo se despediría definitivamente de la versión GTi por cuestión de emisiones, y por dejar espacio al futuro ID.2 GTi con tecnología cien por cien eléctrica. Eso implica, por tanto, evoluciones en la plataforma MQB A0, para lo cual, también barajamos dos posibles hipótesis, partiendo de una nueva premisa, que no es otra que los truncados planes de ventas de modelos eléctricos dentro del grupo. Y es que una de las principales inconveniencias es la poca capacidad de reacción que tienen sus modelos eléctricos al utilizar arquitecturas específicas. En el caso de VW, se definen como MBE Entry para los nuevos modelos pequeños y MEB para los medios, como el VW ID.3, Audi Q4 e-tron, Cupra Born o Skoda Enyaq, entre otros. Próximamente, habrá una plataforma SSP que será común para todos los coches eléctricos de la marca, pero este proyecto ha ido retrasándose, prorrogándose finalmente para el final de esta década, siendo esta la teórica plataforma que pasarían a utilizar todos los coches eléctricos de la marca.
Al parecer, ahora VW también se está planteando hacer que MEB y MQB puedan ser compatibles para coches con diferentes tecnologías de propulsión, algo que facilitaría adaptar la oferta de modelos térmicos y eléctricos según la situación de mercado y que afectaría no sólo al futuro VW Polo, sino también a modelos con los que comparte su plataforma, entre ellos, un Seat Ibiza que también tiene garantizado una profunda actualización a partir de 2025.