Cuando nos enfrentamos a una carretera mojada, hay un riesgo que puede provocar una situacion bastante peligrosa. El aquaplaning es un problema que se presenta cuando la carretera está mojada y hace que se pierda el control del coche. Los motivos de este problema son varios, pero sobre todo es porque uno o varios neumáticos no pueden evacuar el agua bajo ellos.
Esta situación hace que el coche “flote” sobre el agua acumulada bajo el mismo. De esta manera, no existe contacto entre el neumático y el asfalto. A consecuencia de esto, los neumáticos con este problema dejan de ofrecer tracción y se desplazan sin control, haciendo que todo el coche se mueva sin control y derive hacia un lado u otro, sin que el conductor pueda controlar la trayectoria.
La dirección que puede tomar el coche en ese momento es totalmente aleatorio, así que no se puede controlar y provocar un accidente bastante grave. Normalmente, el aquaplaning puede producirse incluso con los neumáticos en perfecto estado, aunque es cierto que con un neumático en condiciones se minimizan las posibilidades de que ocurra.
Cómo afecta el aquaplaning a la dirección del vehículo
El aquaplaning puede provocarse tanto en las ruedas delanteras como las traseras o en ambos ejes. En el caso de que se produzca en las ruedas delanteras, puede hacer que el coche continúe en línea recta, así que en caso de ocurra en una curva, el coche puede salirse de la carretera.
En el caso de que suceda en las ruedas traseras, el lado posterior del coche se puede desplazar hacia adelante y provocar un trombo. Es decir, hace que el coche gire sobre sí mismo y se encare a los coches que circulen detrás del mismo.
¿Cómo reaccionar cuando se produce el aquaplaning?
Si se sufre aquaplaning, hay que mantener la calma. Si entramos en pánico, se pueden tomar decisiones incorrectas que pueden hacer que sea todo más peligroso e impredecible. Hay que mantener sujeto el volante con firmeza, no realizar ninguna maniobra y mantenerlo en la misma dirección que lleva el coche.
No hay que tocar el freno y se ha de soltar el acelerador. Por supuesto, si hay riesgo de accidente, hay que frenar para evitar un desenlace más grave. El efecto del aquaplaning suele desaparecer en unos segundos, una vez la capa de agua entre el neumático y el asfalto desaparece.
En ese momento, las ruedas vuelven a ofrecer la tracción perdida y según se haya actuado, puede acelerarse o perder velocidad de manera brusca. Por ese motivo, es conveniente actuar de manera moderada y evitar cambios bruscos de velocidad.