Mazda tiene actualmente entre manos algunos de los desafíos más emocionantes, y entre ellos hay uno que ahora pasa a tener prioridad alta: la renovación de su popular Roadster MX-5, cuya continuidad ya se ha confirmado para el año 2026. Con la promesa de incorporar tecnología electrificada, el próximo MX-5 busca mantenerse fiel a su ADN clásico de ligereza y diversión al volante, al tiempo que adopta soluciones sostenibles y tecnológicamente avanzadas. En un contexto en el que Mazda explora nuevas alternativas, esta generación plantea un equilibrio entre la tradición deportiva de la marca y la demanda actual de eficiencia energética… aunque en su justa medida.
¿Eléctrico puro? Si hay una marca que tiene una visión clara del coche eléctrico, esa es Mazda, trabajando de cara al futuro. Mazda aplica tecnología eléctrica a vehículos orientados a necesidades concretas, demostrando ser un virtuoso en la electrificación de motores térmicos. Sus nuevos motores de seis cilindros en gasolina y diésel son un ejemplo. El más reciente que montará la marca en el actualizado CX-30 o Mazda 3 también demuestra que ir a contracorriente solo funciona si se poseen las herramientas y el conocimiento para conseguirlo: se trata nada menos que de un motor de cuatro cilindros de gasolina de 2.5 litros, asistencia microhíbrida y 140 CV. Claro que también el Mazda EZ-6, la nueva berlina cien por cien eléctrica, representa el inminente sorpaso de la tecnología de baterías en la marca para ciertos segmentos. Su llegada supondrá el progresivo adiós de la berlina Mazda 6.
Inspiración para el futuro: del Vision Concept al Iconic SP
Mazda ya avanzó varios conceptos que despejaban dudas sobre su compromiso de seguir desarrollando y vendiendo coches emocionales y deportivos, e incluso, quién sabe, si la saga RX volverá a rugir inspirada en el Mazda Vision Concept. Este concepto también introdujo una visión amplia y ambiciosa de lo que podría llegar a ser el MX-5 en el ámbito de la electrificación, generando interés y especulación sobre un posible modelo totalmente eléctrico.
Posteriormente, el Mazda Iconic SP Concept mostrado en el Salón de Tokio 2023 supone una verdadera declaración de intenciones, siendo un homenaje al estilo clásico del MX-5. Mantiene proporciones compactas y una apariencia alineada con el carácter ágil, equilibrado y accesible del Miata. El Iconic SP no es solo una representación visual, sino también una prueba de viabilidad para integrar un motor rotativo eléctrico que actúa como extensor de rango. Este novedoso planteamiento combina la energía eléctrica con la flexibilidad de un motor térmico rotativo, compacto y liviano. Esta solución permitiría que el próximo MX-5 conserve el peso reducido y la agilidad característica de la línea, factores esenciales para un vehículo cuyo éxito ha dependido de su sencillez y eficacia en carretera.
Podría ser una de las opciones mecánicas para una versión transgresora orientada a clientes que destinan su roadster a la ciudad o gratificantes sesiones de curvas en la naturaleza, conduciendo por el mero placer de manejar. La realidad es que el MX-5 es un coche para quienes buscan emociones a través de la sencillez, tanto en su diseño como en su mecánica.
Para ellos, también existirían alternativas de motor de gasolina electrificado, ya sea con tecnología microhíbrida o un híbrido que incluiría un motor eléctrico potente como enlace entre la unidad térmica y la caja de cambios. Mazda no intentará superar el rendimiento de los pocos roadsters o coupés rivales de bajo peso y tamaño contenido que quedan en el mercado; su meta será superarse a sí misma. Su éxito radicará en conservar el espíritu ágil y accesible que lo ha convertido en un ícono entre los deportivos, ahora con una mentalidad técnica orientada a la sostenibilidad y al cuidado del medio ambiente.
Con el concepto Iconic SP, Mazda parece dejar claro que sigue apostando por un diseño emocional que sugiere propulsión al eje posterior con motor delantero, bajo centro de gravedad, poca altura de carrocería y, sobre todo, bajo peso. Sus dimensiones no deberían ser superiores a este estudio de diseño, con 4,18 metros de longitud, 1,85 metros de anchura y una altura bien por debajo de 1,20 metros, todo ello con un peso de 1.450 kilos, muy bajo si se tiene en cuenta la tecnología de propulsión que equipa este coche concepto. Lógicamente, un Mazda MX-5 no sería un Mazda MX-5 si no seofreciera como roadster con un techo de lona práctico y rápido de utilizar. Lo que está claro es que, el mito, sigue vivo.