Cada vez es más común encontrarse con coches con más de 10 años en las calles y las carreteras de España. El alto precio de los coches nuevos hace que se retrase cada vez más la renovación del vehículo. O quizá, se ha obtenido el permiso de conducir hace poco y no se quiere arriesgar con la conducción de un coche nuevo y se opta por un modelo de más años.
Es fácil que caiga en tus manos un coche con esta antigüedad, así que queremos darte unas claves para revisar la mecánica del mismo y conducir de forma segura, aunque se trate de un vehículo algo antiguo.
Elementos a revisar
Los neumáticos son parte fundamental del vehículo, así que hay que tener siempre cuidado de que estén en perfecto estado. Este es un elemento que se cambia con mayor frecuencia que otros, así que es más probable que se hayan cambiado varias veces y estén en buen estado. Pero eso no quiere decir que no se tenga que revisar la presión y el estado de las gomas para comprobar que están bien.
Los frenos son algo más delicados. Normalmente, el paso del tiempo hace que el circuito del líquido de frenado sea menos eficiente y pueden existir fugas de líquido. Hay que controlar el nivel del depósito de este líquido y hacer que siempre esté entre el mínimo y el máximo, sin rebasar ninguno de los dos límites.
Las pastillas de freno se desgastan también, así que hay que vigilarlas y si están desgastadas, cambiarlas antes de que supongan un riesgo para la seguridad al volante.
Junto a los frenos, los amortiguadores se desgastan con el paso del tiempo y una vez se superan los 10 años, este problema puede incrementarse. Los amortiguadores se desgastan y dejan de cumplir con su función, aunque es posible que lo hagan de forma tan gradual que no se note. Es conveniente revisarlos cada 20.000 kilómetros para evitar que el desgaste se detecte tarde y provoque situaciones de riesgo.
La correa de distribución
Y llegamos a uno de los elementos que más preocupan a los conductores de coches con más de 10 años: la correa de distribución. Cuando se aprecia el desgaste de esta correa y hay riesgo de rotura, hay que cambiarla. Si no se hace y se rompe estando el coche en funcionamiento, puede producirse una avería que estropee de forma completa el motor.
El cambio es costoso, pero mucho menos que el que puede provocar la rotura, que afecta al motor y puede hacer que quede totalmente estropeado y no haya solución.
Una revisión anual y el paso por la ITV puede hacer que con una pequeña inversión en mantenimiento se pueda ahorrar mucho dinero en averías.