Si algo ha demostrado Toyota en este último cuarto de siglo es que algo sabe de tecnología híbrida. Ni tan siquiera ha llegado a su punto máximo de desarrollo porque aún quedan muchas vías por evolucionar para conseguir todavía más eficiencia que pueda “descarbonizar” aún más sus sistemas de propulsión que utilizan una base térmica. Pero si algo tiene también claro Toyota es que la unión hace la fuerza. Una de sus últimas asociaciones la firmó en 2020 a través de la Joint Venture BYD Toyota EV Technologies, una nueva empresa participada al 50 por ciento por cada una de las compañías con la finalidad de avanzar conjuntamente en tecnología de propulsión cien por cien eléctrica.
Los tres nuevos motores térmicos que está desarrollando Toyota
Ahora, una nueva alianza nos anticipa cómo poder mejorar una tecnología que, hasta el momento, se había considerado una de las mejores herramientas del mercado en aspectos como la reducción de consumos, la fiabilidad o, en resumidas cuentas, el rendimiento global: la familia de motores híbridos que usan los Toyota Corolla de última generación, o el híbrido enchufable que emplea el último Toyota Prius, el primero que no se vende en nuestro mercado.
Esta vez, Mazda, Toyota, Subaru y BYD proponen nuevas soluciones para motores ICE de combustión interna. Lo curioso es que no se trata de un desarrollo común que valga para todos, sino que con nuevas soluciones comunes, Toyota desarrolla su propia familia de motores, mientras que Mazda aprovechará esas soluciones sobre motores rotativos y Subaru, en sus nuevos bóxer. Por otro lado, BYD aportaría la ayuda extra para conseguir el binomio perfecto: el mejor motor posible para tecnología híbrida y híbrida enchufable junto con lo mejor en electrificación. Si lo imaginas todo empaquetado, estás ante el Toyota Corolla de próxima generación, el primero que tendrá una mecánica PHEV con esta nueva tecnología compartida con BYD.
Dentro de esa nueva familia de motores térmicos, Toyota está trabajando en tres propulsores diferentes que se caracterizan por poder funcionar con gasolina y otros combustibles neutros en carbono, ya sea hidrógeno líquido o la nueva generación de combustibles sintéticos que ha surgido por necesidad y que en pocos años evolucionarán aún más y se producirán en masa para que puedan llegar a ser rentables para el usuario. Estos motores también se caracterizan por ser mucho más ligeros que, por ejemplo, el 1.8 litros que utiliza en la actualidad la marca en el Corolla Hybrid, pero también por ser más bajos con la finalidad de poder diseñar carrocerías más aerodinámicas que permitan reducir el consumo y las emisiones a altas velocidades.
El primer motor sería un 1.5 litros atmosférico con una potencia aproximada de 130 CV, un valor tal vez algo modesto para la revolucionaria tecnología que esconde, pero en realidad hay que verlo desde otro prisma completamente diferente ya que el cometido de este motor no va a ser proporcionar el cien por cien del empuje del vehículo, sino que será la pieza que hará funcionar un sistema híbrido de última generación.
Partiendo de este bloque, una segunda versión turboalimentada conseguirá un rendimiento muy superior al de su actual 2.5 litros atmosférico que utilizan vehículos como el Toyota RAV4, por ejemplo, pero utilizando un 20 por ciento menos de cilindrada, acortando la altura del propulsor en un 15 por ciento y consiguiendo al mismo tiempo un rendimiento un 30 por ciento superior. Por último, un tercer motor de 2.0 litros turboalimentado completa ese trío de futuros nuevos motores en los que, como se ha dicho, tanto Toyota como Mazda y Subaru han aportado su granito de arena.
El Toyota Corolla Hybrid mejoraría en un 10% su eficiencia
En cuanto a BYD, Toyota ya ha visto el potencial que tiene la nueva tecnología DM-i que utiliza el SUV híbrido enchufable U Seal, adaptándola a un formato de coche compacto. La japonesa ha visto en la gestión eléctrica, motores, baterías y estrategias de funcionamiento del fabricante chino un ejemplo a seguir para que a Toyota le permita superarse nuevamente en tecnología híbrida y sobre todo, híbrida enchufable, mejorando además las prestaciones e integrando ya definitivamente una transmisión que añada un valor añadido adicional a los motores electrificados del fabricante japonés: agrado de uso. Se prevén potencias eléctricas cercanas a los 200 CV, aunque no buscando altas potencia combinada con el propulsor térmico, sino la mejor curva de par posible. Por otro lado, gracias a paquetes de baterías de casi 19 kWh, el Toyota Corolla PHEV podría cubrir autonomías eléctricas cercanas a los 100 km.
Para 2026, este nuevo paquete técnico debería estar listo, montado en una nueva generación de Toyota Corolla que se parecerá mucho al Toyota Prius de nueva generación, aunque este nuevo modelo no tardará mucho en empezar a extenderse por todos los mercados sustituyendo al actual modelo.