Podrás leer en diferentes foros que BMW perdió el norte cuando dejó de utilizar la propulsión en el Serie 1. O que esta cuarta generación deja de tener definitivamente la esencia de BMW al no volver a ofrecer ya una caja de cambios manual. E incluso, que con el nuevo diseño ahora se parece más a otras marcas generalistas, en concreto, a alguna coreana. Nosotros no tenemos dudas de que en esta nueva generación del compacto de BMW, muchos clientes encontrarán, también, aspectos muy positivos que van a suponer un adelanto para un gran número de usuarios.
El nuevo BMW Serie 1 es algo más grande, pero no más más habitable
La anterior generación, con la plataforma de tracción delantera pudo perder carácter a cambio de ganar facilidad de conducción, pero sobre todo, lo que mejoró fue la habitabilidad, el principal punto débil de uno coche que cuyo motor y caja de cambios interfiere tanto en el habitáculo. Ahora, lo que ha hecho BMW es aumentar las dimensiones. Lo hace de forma significativa a lo largo, en 42 mm exactamente, aumentando la longitud total hasta los 4,36 m. También a lo alto, ahora con 25 mm adicionales llevando el techo a los 1,46 m, mientras que a lo ancho, en sólo 1 mm extra, pasa a medir 1,80 m.
Las plazas delanteras ganan sensación de amplitud al disponer de una consola central más despejada, mientras que atrás, las cosas siguen más o menos igual, y es que, en su ya única carrocería de 5 puertas, sólo dos personas podrán viajar cómodamente. En capacidad de maletero encontramos además contraprestaciones para quienes se decanten por las renovadas motorizaciones que ahora tienen etiqueta ECO, ya que esta red de 48V roba bastante espacio en el maletero y bajan, de 380 litros, a 300 litros, poco para un compacto que podría ser el coche único de una familia media.
El habitáculo está acabado con nuevos materiales sostenibles y sigue la definición de los renovados BMW X1 o X2. Un módulo electrónico ubicado en la consola que divide los asientos agrupa el cambio de marchas, con funcionamiento secuencial mediante levas o diferentes accesos directos. Por su parte, el display digital se compone ahora de una pantalla curvada panorámica que integra el cuadro de relojes digital de 10,25 pulgadas y el sistema multimedia de 10,7 pulgadas. Si el primero deja algo que desear por el estilo de los grafismos o la escasa capacidad de personalización que ofrece, el segundo es, sin embargo, uno de los sistemas más avanzados, aunque para manejarlo con fluidez hay que tomarse un pequeño periodo de adaptación. BMW también ha empezado a utilizar el sistema operativo iDrive 9.0, conectado permanente mediante red 5G. Adicionalmente, y dentro del equipo opcional, el BMW Serie 1 también dispone de un nuevo Head Up Display.
Dos motores de gasolina, dos Diésel y una variante deportiva, por ahora
Aunque las unidades de potencia son, básicamente, las mismas que antes, algunos estrenan bastantes novedades. Ahora, para evitar confusiones con su gama de vehículos eléctrica, las versiones de gasolina pierden la “i” en su denominación. Hay tres alternativas con este tipo de combustible, con potencias de 112, 170 y 300 CV que se denominan 116, 120 y M135 xDrive. Los dos primeros utilizan el conocido motor de 1.5 litros y 3 cilindros de la generación anterior, pero además de la potencia, hay una diferencia importante: la versión de 170 CV utiliza un sistema microhíbrido mediante un motor eléctrico de 20 CV y batería de 0,96 kWh, siendo por tanto un coche con etiqueta ECO de la DGT. Anuncia un consumo de 5,3 l/100 km, una velocidad máxima de 226 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos.
El M135 xDrive no sólo es el más potente por el momento, sino también el único que tiene tracción total, un autoblocante mecánico delantero o ajustes específicos. Mantiene la motorización de la anterior generación, un 2.0 litros con inyección mixta directa/indirecta, como el resto de motorizaciones de gasolina, y turbocompresor. Su consumo homologado es de 7,6 l/100 km, está limitado a 250 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos. El BMW Serie 1 135 xDrive dispone además de serie del nuevo chasis M adaptativo, opcional en el resto de versiones, y paquete que además incluye un nuevo sistema de amortiguación variable con válvulas activas que mejora la comodidad al circular por carreteras mal asfaltadas o la efectividad cuando el sistema detecta automáticamente que puede aplicar la mayor rigidez posibles en los amortiguadores.
Los dos Diésel emplean el bloque 2.0 litros de cuadro cilindros, con 150 CV en el caso del 118d y 163 CV en el 120d con pegatina ECO de la DGT, este último con un sistema híbrido de 48V idéntico al que emplea el 120 de gasolina y también consumos más bajos: 4,3 l/100 km frente a los 4,6 l/100 km que anuncia el 118d.
Todas las versiones han recibido mejoras en el chasis enfocadas a conseguir más precisión en la dirección, más rigidez estructural, mayor confort y efectividad superior. También hay nuevos elementos de equipamiento como el Parking Assistant Professional mediante el cual podremos maniobrar el vehículo de forma remota a través del Smartphone. Las luces de serie disponen de tecnología led y opcionalmente se pueden montar led matriciales con haz de luz variable. Además de nuevos colores en la carrocería, también es posible combinar el techo del coche en color negro brillante.