El parabrisas tiene una función muy importante en lo que respecta a la seguridad pasiva del vehículo. Se encarga de evitar que el aire moleste al conductor y los pasajeros. Además, es importante para la aerodinámica, ya que ayuda que el coche tenga una menor resistencia al aire y se reduzca el consumo. A todo eso, se suma la característica de que ofrece una gran visibilidad de la carretera desde dentro.
Así que es muy importante tener en cuenta que es vital mantenerlo en buen estado. Esto incluye la limpieza. El parabrisas suele recibir el impacto de partículas de polvo, de insectos y de otras sustancias que se adhieren a su superficie. Para mantener limpio el cristal, se utilizan los limpiaparabrisas. Estos han de estar en perfecto estado y deben de retirar la suciedad para permitir que la visibilidad sea perfecta.
Sin embargo, si los limpiaparabrisas actúan en seco, las partículas de polvo y los restos de insectos no se retirarán bien. Además, puede ser que se produzcan pequeñas rayas en la superficie del parabrisas. Estas no van a dañar la integridad del cristal, pero pueden hacer que la visibilidad se reduzca.
La presencia de estas rayas puede hacer que el conductor se deslumbre por efecto de las luces de otros vehículos que lleguen de frente. Por eso, se inyecta líquido desde los lavaparabrisas. Este puede ser líquido lavaparabrisas, que está preparado ayudar al deslizamiento de los limpiaparabrisas y a retirar la suciedad de manera eficiente.
La pregunta mas común es si se puede utilizar agua para el lavaparabrisas. La respuesta sencilla es que sí, aunque hay que tener en cuenta que el agua deja unos residuos que no solo manchan el cristal, sino que pueden obturar el conducto del lavaparabrisas. Es mejor utilizar líquido específico.
No solo tiene una composición química que ayuda a la limpieza, sino que además suele tener propiedades anticongelantes, algo bastante práctico sobre todo en invierno. Si se va a utilizar agua, hay que utilizar agua desmineralizada, es decir, la misma que se utiliza, por ejemplo, en la plancha doméstica.
De esta manera, se evita que se obstuyan los conductos de los lavaparabrisas y funcionan con más eficiencia.
Grietas en el parabrisas
Las grietas en el parabrisas son bastante preocupantes. El parabrisas está muy expuesto, así que es fácil que reciba el impacto de una piedra o cualquier otro objeto. De entrada, el cristal no se va romper de forma explosiva, ya que está diseñado para que eso no suceda. Pero se puede producir una grieta que irá creciendo y extendiéndose poco a poco.
Si la grieta es pequeña, se puede reparar mediante la inyección de un producto especial que lo sella. Si no se puede reparar de esta manera, porque tiene un tamaño superior, es mejor cambiar el parabrisas. Esto, claro, se ha de realizar en un taller especializado y por personal con formación concreta.
Es importante, porque cambiar el parabrisas requiere una formación muy concreta y hay que hacerlo de manera correcta. Si el coche, además, tiene ADAS, sistemas de asistencia a la conducción, hay que ajustar la cámara y los distintos sensores para que todo funcione de manera correcta.