El Volvo EX30 es un coche totalmente diferente a lo que ha hecho la marca hasta la fecha, y no porque sea un coche eléctrico, sino porque el fabricante ha sabido mantener en su justa medida el nivel Premium, ofreciendo un auténtico Volvo a un precio que jamás pensarías que podría tener un coche de este calibre. Puede parecer costoso pagar 36.770 euros por él en su versión de menor potencia (aunque estamos hablando de 272 CV) y con menor capacidad de batería de la familia EX30. Sin embargo, es mucho menos dinero que la gran mayoría de modelos eléctricos que son incluso menos potentes, tienen menos equipamiento, son menos vistosos y no ofrecen una imagen de marca tan laureada. Posiblemente, junto con el Model 3 de Tesla, sea uno de los coches eléctricos que ofrece más por menos dinero que muchos otros, pero ojo, no te equivoques a la hora de elegir el EX30, si es que estás pensando en comprar uno.
Tres alternativas
Aparte de dos niveles de potencia, podemos distinguir dos baterías tanto por capacidad como por tecnología. Este último aspecto tal vez sea menos relevante, pero la capacidad sí es crucial si buscas un vehículo eléctrico con el que puedas viajar. La batería más pequeña es de tipo LFP, litio hierro fosfato, con sus ventajas e inconvenientes que probablemente quedarán en un segundo plano para el usuario. Tiene 49 kWh de capacidad útil, se utiliza exclusivamente para la versión de 272 CV y logra una autonomía de 344 km. Por su parte, la batería de mayor capacidad, de iones de litio, tiene 64 kWh útiles de capacidad y se monta en las versiones de 272 CV denominadas Extended Range o en las Twin Motor Performance que equipan dos motores y 428 CV.
En el primer caso, la autonomía asciende hasta los 480 km y el precio de partida sería de 42.034 euros. En el segundo, la autonomía se queda en 460 km y el precio desde 48.265 euros. Estas dos versiones son también competitivas en relación calidad/precio, pero especialmente la intermedia en la gama, las versiones de 272 CV Extended Range. Con ella, el Volvo EX30 te garantiza, al menos, dos cosas: una autonomía más satisfactoria para poder viajar y también unas prestaciones más que sobresalientes. Aunque la potencia de carga difiere según la capacidad (o tecnología) de cada batería, Volvo asegura que son capaces de cargarse desde el 10 hasta el 80 por ciento en 26 minutos. La de tipo LFP puede hacerlo a 134 kW en corriente continua; la de iones de litio lo hace a 153 kW. Según el nivel de acabado, la carga en corriente alterna puede realizarse a potencias de hasta 11 kW (acabados Core y Plus) o 22 kW (acabado Ultra).
Puede que el riesgo de elegir un Volvo EX30 con la batería pequeña sea tener poca autonomía si quieres viajar con él, pero no que sus prestaciones se queden pobres. Todos los Volvos, también este, están limitados a 180 km/h. La aceleración del EX30 de 272 CV con batería de LFP es de 5,7 s para pasar de 0 a 100 km/h, un tiempo que demuestra que, con menos potencia y capacidad mecánica, no falta nada. Una de las ventajas de la batería mayor sobre esta versión, además de la autonomía extra, es que proporciona mejor capacidad de aceleración (el tiempo en la aceleración baja a 5,3 segundos) y además, también consume menos, así que no solo por su mayor capacidad homologa una autonomía mayor. Si bien, todos los Volvos eléctricos tienen un consumo de energía mayor que la media, tal vez porque también son coches más pesados que sus equivalentes; mientras que el consumo del Volvo EX30 Single Motor con batería “pequeña” es de 16,7 kWh, los Extended Range consumen 15,7 kWh. Como podemos ver en el peso, otra de las ventajas de las baterías de iones de litio frente a las de tipo LFP es que son más ligeras: con esta última, el EX30 pesa 1.830 kg, mientras que los Extended Range, con 15 kWh más de capacidad, solo pesan en conjunto hasta 3 kilos menos.
Los EX30 Twin Motor están, sencillamente, en otro nivel prestacional, tal vez innecesario. Su aceleración, en este caso, es de 3,6 segundos para cubrir el 0 a 100 km/h, dejando claro que sus 428 CV ofrecen una capacidad de empuje que difícilmente podremos aprovechar en el uso diario del coche.
Un Volvo derivado de Smart
El EX30 es un SUV de tamaño compacto. Mide 4,23 m de longitud, 1,84 m de ancho y 1,55 m de alto. Es, por tanto, bastante más pequeño que un XC40, que mide 19 cm más y además es más ancho. La arquitectura, en este caso, está compartida con el Smart #1, otra marca perteneciente a Geely. Puede que lo que haya hecho que el Volvo XC30 sea, por comparación, un coche más barato que la mayoría de los eléctricos frente a los que puede competir, es que al igual que ha hecho VW con el ID.3, ha simplificado mucho el interior. La diferencia es que el Volvo EX30 sigue pareciendo un Volvo y sigue destacando por una calidad bastante alta, mientras que los ID.3 no lo hace tanto y, además, tienen una relación entre precio y producto bastante menos competitiva.
Volvo ha apostado por un concepto minimalista en su habitáculo: hay pocos mandos físicos y no tiene instrumentación frente al conductor. La pantalla central del salpicadero asume todas las funciones. Tiene 12,3 pulgadas, sistema Android Automotive y su funcionamiento parece semejante al sistema multimedia que Volvo emplea en el XC40 o Polestar en su modelo 2. Volvo, además, ofrece un extenso equipamiento desde su nivel básico, el Core, especialmente en lo que concierne a elementos de seguridad.
Lo que no es el Volvo EX30 es un coche muy amplio. Su maletero tiene 318 litros, más 7 litros adicionales en un segundo maletero delantero en el que se pueden guardar los cables no sin ciertas apreturas. Además, es un coche que tiene poca anchura en las plazas posteriores y un espacio para las piernas algo más limitado que otros coches que tienen un tamaño parecido al uso, pero tal vez, sea la única limitación a un coche que, a priori, parece muy bien pensado y que, para todo lo que ofrece, también tiene un precio rompedor.