Los vehículos diésel están sometidos al escrutinio público desde hace años. Y por eso no nos extraña que haya marcas que estén deseando librarse de este tipo de motores. Siguen siendo rentables y sabemos que con la tecnología actual no son tan contaminantes como quieren hacernos creer. Pero hay una marca que ya ha anunciado que se va a olvidar de estos propulsores.
Se trata de Volvo, que ha anunciado que ha marcado el inicio del año 2024 como punto de inflexión en su oferta de motores. Y esto quiere decir que ya no va a fabricar más motores diésel, así que no se podrán encontrar modelos de la marca alimentados con gasóil.
Como detalle curioso, hay que recordar que Volvo fue la primera marca en lanzar al mercado un modelo híbrido enchufable que utiliza un motor diésel, el V60 PHEV, en el año 2019. Además, es curioso comprobar como la mayoría de los modelos de la marca sueca en esa época eran diésel. Ese anuncio va en línea con las intenciones de Volvo de pasar a la movilidad eléctrica en el año 2030.
Adiós a los motores diésel
Hoy en día, solo los modelos Volvo XC90, el XC60, el XC40, el V90, el V60, el S90 y el S60 cuentan con mecánicas diésel. A partir de 2024, se dejará de fabricar esta opción, así que solo estarán disponibles en versión gasolina y variantes electrificadas.
Estos motores, que seguirán funcionando con combustibles fosiles, no se someterán a mejoras sobre sus capacidades actuales. Y esto es porque desde Volvo se niegan a seguir investigando sobre los motores térmicos y se van a centrar en la tecnología para desarrollar vehículos a batería. Solo realizarán ajustes para cumplir la normativa de emisiones contaminantes que se va a aprobar en 2027.
Así, las versiones híbridas enchufables funcionarán con motores de gasolina. Pero donde se trabajará más a partir de ahora es en preparar una cartera de vehículos eléctricos que resulten ser más sostenibles. La intención de Volvo es convertirse en una empresa con emisiones neutras de CO2 en el año 2040.