Los neumáticos son, lo hemos comentado muchas veces, el elemento más importante para garantizar la seguridad mientras se conduce. Es el único punto de contacto entre el vehículo y el asfalto, así que deben de estar en buenas condiciones para que el contacto sea el adecuado y el empuje sea el correcto. Pero las condiciones climatológicas provocan cambios en el asfalto y los neumáticos deben adecuarse a estos cambios.
El asfalto se enfría y puede estar mojado o incluso con placas de hielo, lo que provoca situaciones de riesgo. Así que se necesitan neumáticos que puedan cumplir con su función sin problemas. En el mercado encontramos neumáticos de verano, de invierno y los llamados All seasons.

Tres tipos de neumáticos
Estos tres tipos de neumáticos permiten que se puedan utilizar según las condiciones climatológicas en cada estación. Los neumáticos de verano son adecuados para rodar a temperaturas superiores a los 7ºC. Suelen tener un buen sistema de desagüe, lo que les permite moverse también sobre asfalto mojado. Son los más comunes en países como España, donde las temperaturas rara vez bajan, de manera general, de esas cifras.
En cambio, si se vive en una zona más fría, en la que se producen nevadas y la temperatura baja de esos 7ºC, es conveniente cambiar los neumáticos por unos de invierno. Estos utilizan un material en el que se ha incluido el sílice, lo que permite que a esas temperaturas se expanda y aumente la banda de rodadura.

Además, su sistema de desplazamiento de agua es más eficiente que en los de verano y esto incrementa su seguridad en condiciones de lluvia e incluso de nieve. También mejora el frenado, ya que reduce la distancia de frenada en estas condiciones.
Sin embargo, solo se ha de usar este tipo de neumáticos en invierno, ya que en condiciones de temperatura mayor a los 10º C sufre un mayor desgaste. Lo mismo ocurre con los neumáticos de verano si se utilizan con temperaturas muy bajas, sufren un desgaste mucho mayor que en las condiciones para las que ha sido diseñado.
Una solución intermedia
Para evitar tener que cambiar los neumáticos con cada estación, existen los neumáticos All-Seasons, que ofrecen las condiciones adecuadas para moverse tanto con temperaturas bajas como con temperaturas más altas. Estos son los más aconsejables y se pueden utilizar en invierno y verano sin que se vean reducidas sus características.

Si no se vive en una zona en la que las temperaturas sean muy bajas, no es malo utilizar todo el año los neumáticos de verano. Las zonas costeras y puntos donde las temperaturas no bajan mucho no necesitan cambiar los neumáticos. En zonas donde las temperaturas bajan mucho y hay nieves, hay que cambiar los neumáticos. Además, en estos puntos en verano puede hacer calor, por lo que mantener los neumáticos de invierno no es una buena idea. Hay que cambiarlos por unos de verano a partir de la primavera.
Y, si no se quiere tener que ir cambiando cada seis meses los neumáticos, se puede optar por los neumáticos All-Seasons, que mantienen la seguridad durante todo el año.

