¿Venías a por el cinco cilindros del Formentor VZ5? No está. Y no es un error: Cupra ha elegido otra vía para que el León tope de gama te haga más rápido. Menos kilos sobre el eje delantero, gestión de par VAQ, frenos Akebono de verdad y aerodinámica funcional. Con esa receta, firma el León de tracción delantera más potente de su historia sin recurrir al 2.5 TFSI de cinco cilindros de origen Audi, y lo hace con un coche más consistente para quien tenga intención de pisar el circuito con él y más utilizable a diario.
El anuncio no es una vuelta de tuerca estética, sino la traslación a la carretera de lo aprendido en los programas TCR. El nuevo León VZ TCR nace como el León de tracción delantera más potente jamás fabricado, con 325 CV, 420 Nm, DSG de 7 marchas y autoblocante VAQ para trasladar la potencia al suelo. Declara 5,3 s en el 0–100 km/h y, detalle poco habitual, no lleva limitador electrónico de velocidad. Es un mensaje sin rodeos al conductor que busca emoción real y cronómetro, visto esta vez desde la perspectiva de Cupra. Si lo tuyo es VW y su mítico Golf, su versión GTi 50 Aniversario es otro de esos deportivos con el que podrás ponerte en línea de salida, porque comparten muchos elementos y especificaciones, incluyendo el motor.

Antes de que llegue ese plato fuerte, la marca activará el León VZ, una serie de 1.500 unidades con el mismo 2.0 TSI de 325 CV y una puesta a punto más pensada para carretera. El VZ TCR será aún más exclusivo —499 unidades, cada una numerada— y llegará unas semanas después con un enfoque claro de track day homologado para calle. Así queda ordenada la escalera de producto: primero prestaciones y uso cotidiano con sello Cupra y después el salto a un paquete que nace en el box y sepuede matricular.
La base dinámica está a la altura del discurso. El chasis recibe tarado específico de DCC y una dirección más directa. Delante aparece una frenada firmada por Akebono, con pinzas de seis pistones y discos ventilados y perforados, pensada para mantener ritmo durante varias tandas. La imagen no es un “look” sin función: splitter delantero, faldones, difusor, alerón y cuádruple escape Copper dan continuidad a la nueva identidad de la marca, mientras los neumáticos 245 ponen goma de verdad al suelo.
Donde el VZ TCR marca la diferencia es en la ingeniería orientada a circuito. Cupra ha aligerado y rigidificado el coche utilizando asientos traseros extraíbles, barra antitorsión con red integrada y arneses de cuatro puntos sobre CUPBucket, todo ello manteniendo homologación de calle. Es decir, el coche que te llevas al trabajo el viernes es el mismo que el sábado entra al track day con un set‑up bien definido, sin inventos de posventa ni piezas de compromiso.
El contexto competitivo no es un mero pose. En 2025, el León VZ TCR de carreras ha sumado títulos en TCR Europe, TCR UK, TCR México y TCR France, además de victorias en IMSA y el primer triunfo en China. Ese palmarés legitima la promesa de fiabilidad, consistencia de ritmo y plataforma. Quien piense en tandas sabe que no basta con correr en la recta, hay que frenar, repetir repetirlo vuelta a vuelta y aguantar toda la tanda.
De cara al comprador, hay exclusividad real —1.500 VZ y 499 TCR— que empuja la deseabilidad a medio plazo. Hay coherencia técnica porque el conjunto motor‑cambio‑VAQ y los Akebono proponen un conjunto todo en uno sin fisuras en áreas concretas que hay que trabajar con accesorios. Hay propósito porque el TCR te permite modular el coche entre semana y fin de semana con la lógica de un producto pensado para ello. Y hay legitimidad de marca porque el TCR alimenta confianza mecánica y futuro valor de reventa. El VZ, por su parte, ofrece el mismo golpe de motor y la estética agresiva con un uso 100% cotidiano.

Con todo lo anterior, la jugada de Cupra parece clara, No es “vitaminar” el León, sino reordenar el segmento justo cuando Focus ST y Mégane RS han dicho adiós y el Civic Type R reina casi solo. El León VZ se sitúa como la puerta de entrada con pedigrí, potente, utilizable a diario y con narrativa de marca; el León VZ TCR es la pieza de coleccionista para usar, con freno, aero y habitáculo que hablan en serio el idioma del circuito. Si en tu agenda conviven puertos de montaña y tandas, aquí hay producto de verdad: prestaciones, consistencia y un propósito claro que enlaza lo que pasa en el box con lo que sientes en la carretera.

