Cambios en las normas para motoristas: guantes, equipamiento y adelantamientos
La Dirección General de Tráfico ha anunciado nuevas medidas destinadas a mejorar la seguridad de los motoristas, uno de los colectivos más expuestos en carretera. Estas actualizaciones refuerzan la importancia del equipamiento de protección y la formación práctica, incorporando elementos obligatorios que aumentan la seguridad en caso de accidente.
Más protección en la formación
Las autoescuelas deberán garantizar que los alumnos y profesores que realicen prácticas de moto utilicen equipamiento completo y homologado. A partir de ahora, será imprescindible contar con casco integral o modular, guantes de protección con marcado CE, chaqueta y pantalones con protecciones, botas que cubran el tobillo y una prenda reflectante con la inscripción “Prácticas” o la letra “P”. Además, se incorpora el airbag como parte del equipamiento obligatorio durante la formación.
Estas medidas refuerzan la preparación práctica de los futuros motoristas y buscan reducir la gravedad de las lesiones en caso de caída. La DGT considera el equipamiento un elemento esencial de seguridad, al mismo nivel que el casco o la formación técnica.
Seguridad y visibilidad
La ropa con protecciones y los elementos reflectantes ganan protagonismo en la enseñanza y en la conducción diaria. La finalidad es aumentar la visibilidad de los motoristas, especialmente en vías interurbanas o condiciones de baja luminosidad. Con estas mejoras, se pretende reducir los siniestros provocados por falta de detección o visibilidad en el tráfico.
El airbag para motoristas: una protección extra
Una de las principales novedades es la incorporación del sistema de airbag para motoristas dentro del equipamiento de seguridad. Este tipo de prenda —que puede presentarse en forma de chaleco o chaqueta— cuenta con sensores que detectan un impacto o una pérdida brusca de equilibrio, desplegando una bolsa de aire en milésimas de segundo.
El airbag protege las zonas más vulnerables del cuerpo: el cuello, la espalda, el pecho y el abdomen, reduciendo drásticamente el riesgo de lesiones graves en accidentes o caídas. Existen dos tipos principales:
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Mecánicos, que se activan mediante un cable conectado a la moto cuando el conductor se separa bruscamente del vehículo.
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Electrónicos, que incorporan sensores y sistemas de detección automáticos, similares a los que utilizan los cascos o los coches.
La DGT recomienda el uso de chalecos o prendas airbag homologadas según las normas europeas, y su presencia en las prácticas de autoescuela supone un paso más hacia una conducción más segura y responsable.
Formación más realista
También se refuerza la parte práctica del aprendizaje. Los alumnos de moto deberán realizar parte de su formación en vías abiertas al tráfico, donde aprenderán a convivir con otros vehículos y a anticipar situaciones de riesgo reales. Se busca una conducción más consciente, preventiva y adaptada al entorno, en lugar de limitar la enseñanza al circuito cerrado.
Adelantamientos y convivencia en carretera
Las nuevas directrices de tráfico también inciden en la forma de circular y adelantar. Se recuerda la obligación de mantener una distancia lateral de seguridad suficiente y de extremar la precaución al rebasar a otros usuarios vulnerables, como ciclistas o motoristas. Estas recomendaciones se enmarcan dentro del objetivo de la DGT de reducir los accidentes en vías convencionales, donde se concentra la mayor parte de la siniestralidad.
Objetivo: cero víctimas
Con estas medidas, la DGT apuesta por una formación más exigente y un uso responsable del equipamiento de protección. La meta es avanzar hacia una movilidad más segura, en la que el motorista disponga de todos los recursos posibles para protegerse y prevenir accidentes.