La Dirección General de Tráfico (DGT) ha confirmado que el examen teórico para obtener el permiso de conducir sufrirá una de sus reformas más importantes en décadas. El tradicional cuestionario de 30 preguntas no desaparecerá, pero ya no será el único obstáculo para los aspirantes. A partir de 2026, la prueba incorporará vídeos con situaciones reales de tráfico, con los que se evaluará no solo la memoria, sino también la atención, la percepción del riesgo y la capacidad de reacción.
Un giro que busca modernizar el sistema, pero que también supondrá un mayor nivel de exigencia para quienes se examinen a partir de entonces.
Del test de siempre a un examen más realista
Hasta hoy, el examen teórico se ha mantenido prácticamente igual: 30 preguntas de tipo test, con tres fallos permitidos, y media hora de duración. Para muchos alumnos, el proceso era claro: estudiar el manual, practicar con bancos de preguntas y reforzar los puntos débiles hasta afianzar la teoría.
Con la reforma prevista, este modelo dará un salto hacia una prueba más dinámica. Los aspirantes tendrán que enfrentarse a situaciones en vídeo donde, por ejemplo, un coche frena de repente, un ciclista aparece en una curva o un peatón cruza fuera de un paso de peatones. La clave estará en identificar el peligro a tiempo y tomar la decisión correcta.
Inspiración en Europa
La DGT no es la primera en aplicar esta idea. Países como Reino Unido o Francia ya incluyen pruebas similares. Allí, los alumnos deben analizar grabaciones de tráfico real y señalar dónde detectan riesgos. El resultado: conductores más conscientes de su entorno, capaces de anticiparse en lugar de reaccionar tarde.
España quiere seguir este camino, convencida de que un examen más exigente reducirá la siniestralidad entre los conductores noveles.
Qué supondrá para autoescuelas y alumnos
El cambio no solo afecta a los aspirantes:
- Autoescuelas: tendrán que invertir en material audiovisual, actualizar sus métodos de enseñanza y preparar a los alumnos con ejercicios distintos a los clásicos tests.
- Alumnos: ya no bastará con memorizar. Habrá que desarrollar habilidades prácticas de observación, análisis y toma de decisiones. Esto probablemente implique dedicar más tiempo y esfuerzo a la preparación.
Ventajas de presentarse antes de 2026
Aunque el nuevo modelo promete ser más completo, es evidente que también será más exigente. Quienes decidan sacarse el permiso de conducir ahora cuentan con varias ventajas:
- El examen sigue siendo previsible y familiar, centrado en preguntas tipo test.
- La preparación es más rápida y directa, ya que existe una gran cantidad de material disponible para practicar.
- No es necesario adaptarse a un formato todavía en pruebas.
En cambio, los futuros alumnos deberán enfrentarse a un examen en el que la memorización no será suficiente, lo que puede hacer que aprobar requiera más intentos o más meses de estudio.
El calendario de cambios
La DGT ha adelantado que los primeros ajustes se verán en 2025, cuando se actualicen los temarios para incluir las nuevas señales de tráfico aprobadas recientemente. Será en 2026 cuando los vídeos interactivos entren en juego, después de una fase piloto que servirá para poner a prueba la eficacia del nuevo sistema.
Todavía no hay una fecha exacta de implantación definitiva, pero sí está claro que el examen que conocemos tiene los días contados.
En resumen
La modernización del examen teórico busca un objetivo positivo: formar conductores más seguros y conscientes. Sin embargo, para los alumnos supone un reto añadido que exigirá más tiempo, más preparación y probablemente más nervios en el examen.
Por eso, quienes se estén planteando obtener el permiso de conducir deberían reflexionar: ¿prefieres examinarte ahora, con un formato conocido y relativamente asequible, o esperar a 2026 y enfrentarte a un sistema más exigente y menos previsible?
El reloj ya está en marcha, y la decisión puede marcar la diferencia entre un examen sencillo… o uno mucho más complicado.