El Renault Clio vuelve a reinventarse y lo hace con la sexta generación de un modelo que lleva más de tres décadas marcando el pulso en el segmento de los utilitarios. Desde su lanzamiento en 1990, el Clio se ha consolidado como uno de los superventas europeos más sólidos, con más de 16 millones de unidades vendidas en más de 120 países. Ahora, Renault lo renueva de arriba abajo con el objetivo de mantener ese liderazgo en una categoría en la que cada detalle cuenta. Y lo hace combinando un diseño más atlético y expresivo, un interior cargado de tecnología al nivel de un compacto, una seguridad reforzada y una gama de motores más eficiente que nunca.
Diseño y dimensiones: un salto en carácter y proporciones
El nuevo Clio abandona la discreción de generaciones anteriores y apuesta por una estética mucho más marcada. El frontal es su carta de presentación: capó más largo y horizontal, parrilla de gran tamaño con un patrón de diamantes y una nueva firma lumínica en forma de media punta que recuerda al emblema de Renault. Los faros, ahora enmarcados en negro, aportan un aire más decidido.
En el lateral se perciben volúmenes tensos y musculosos, con superficies cóncavas y convexas que crean dinamismo. Los pasos de rueda, en negro mate o brillo según versión, refuerzan el carácter del coche, mientras que las llantas —disponibles en hasta 18 pulgadas— ponen el punto deportivo. Detrás, los tiradores de las puertas traseras siguen integrados en el marco para un estilo más limpio, mientras que el portón y los pilotos de nuevo diseño aportan anchura visual y mayor solidez.
El crecimiento en dimensiones es sutil pero significativo: con 4,11 metros de longitud, 1,77 de anchura y 2,59 de batalla, el nuevo Clio gana 39 mm en anchura y 8 mm en batalla, lo que se traduce en un aspecto más asentado y un mejor aprovechamiento interior. La altura queda en 1,45 metros, con una distancia libre al suelo de 142 mm, suficiente para moverse con soltura en entornos urbanos con badenes y rampas. La funcionalidad también progresa. El maletero ofrece hasta 391 litros de capacidad —según la versión—, cifra muy destacada en el segmento. La boca de carga se sitúa 40 mm más baja, facilitando el día a día. Y como extra práctico, el Clio mantiene la posibilidad de remolcar hasta 900 kg, una rareza en los utilitarios de su clase.
Un interior tecnológico, conectado y más refinado
Si el exterior transmite fuerza, el interior apuesta por un salto en modernidad. El salpicadero estrena materiales de mayor calidad, desde textiles en el acabado básico hasta Alcantara en la versión Esprit Alpine. La consola central se rediseña, aparecen inserciones metálicas y la iluminación ambiental, configurable en 48 colores, da un toque premium inesperado en un coche de su tamaño. La digitalización es absoluta. El Clio ofrece un cuadro digital de hasta 10 pulgadas y una pantalla central de otras 10 con el sistema OpenR Link, idéntico al que ya llevan los Renault de segmentos superiores. Lo más destacado es la integración completa de Google: Maps, Assistant y Play están disponibles de serie en las versiones más equipadas, con 2 GB de datos al mes incluidos durante tres años. Además, ofrece actualizaciones OTA, funciones remotas a través de la app My Renault, compatibilidad inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto, y carga inalámbrica para smartphones.
Para los amantes de la música, el sistema opcional Harman Kardon de 410 W, desarrollado junto al músico Jean-Michel Jarre, ofrece una experiencia sonora de primer nivel con cinco paisajes acústicos seleccionables. La ergonomía también evoluciona. El nuevo volante, más compacto y con un giro reducido de 3,3 a 2,6 vueltas, aporta un tacto más directo. Los asientos, ahora con mayor porcentaje de materiales reciclados, ofrecen más confort y un diseño específico en la versión Esprit Alpine. Todo en un habitáculo que transmite la sensación de haber subido un peldaño en categoría.
Seguridad: hasta 29 asistentes y nivel casi de coche autónomo
Renault ha convertido al Clio en un referente en seguridad. El modelo puede equipar hasta 29 asistentes a la conducción, un arsenal propio de segmentos superiores. Entre ellos, destaca el Active Driver Assist, que combina control de crucero adaptativo y centrado en el carril, capaz de mantener el coche en tráfico denso casi de manera semiautónoma.
Pero no se queda ahí: incorpora frenada automática al dar marcha atrás, aviso de salida segura para evitar abrir las puertas en presencia de ciclistas o coches, corrección activa de trayectoria incluso con tráfico en sentido contrario y un asistente de parada de emergencia en caso de inactividad del conductor. La cámara trasera y la visión 360º mejoran en calidad al pasar a alta definición, y el nuevo Safety Score evalúa el estilo de conducción tras cada trayecto con consejos personalizados.
La seguridad pasiva también se cuida. El Clio está preparado para cumplir la exigente normativa europea GSR2, que obliga a equipar desde 2024 funciones como la cámara interior de detección de fatiga o la llamada automática de emergencia. Incluso estrena el sistema QRescue, un código QR en el parabrisas que facilita la labor de los equipos de rescate en caso de accidente.
Motores: del tricilíndrico TCe al híbrido más avanzado
El Clio 2025 se articula sobre la plataforma CMF-B, con una gama de motores que va de los 115 a los 160 CV. En gasolina, la gran novedad es el 1.2 tricilíndrico TCe de 115 CV y 190 Nm, disponible con cambio manual o automático EDC de seis velocidades con levas al volante. Su consumo parte de 5,0 l/100 km y acelera de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos.
Por encima se sitúa el nuevo híbrido E-Tech de 160 CV, el verdadero protagonista de la gama. Combina un motor 1.8 de ciclo Atkinson con dos motores eléctricos, una batería de 1,4 kWh y una caja multimodo sin embrague. Ofrece 15 combinaciones posibles entre eléctrico y gasolina, acelera de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y homologa 3,9 l/100 km con emisiones de solo 89 g/km. En ciudad, puede circular hasta el 80% del tiempo en modo eléctrico y, según Renault, alcanza los 1.000 km de autonomía en autopista. A medio plazo llegará también el Eco-G de 120 CV, la variante adaptada a GLP, que ofrecerá una alternativa más económica de uso y mayor autonomía combinando gasolina y gas.
Acabados: tres niveles para todos los perfiles
La gama se estructura en tres acabados. El Evolution ya incluye un equipamiento muy completo con pantalla central de 10 pulgadas, control de crucero adaptativo, mantenimiento de carril, frenada automática de emergencia y freno eléctrico. El Techno añade OpenR Link con Google integrado, climatizador automático, retrovisores eléctricos abatibles, cámara trasera, sensor de lluvia y sistema Multi-Sense con modos de conducción. Como tope de gama, el Esprit Alpine suma llantas de 18 pulgadas, tapicería Alcantara, carga inalámbrica de móvil, pedales de aluminio, detalles estéticos deportivos y un paquete de asistentes de última generación.
El nuevo Clio se fabrica en la planta de Bursa, en Turquía, donde ya se han ensamblado más de cinco millones de unidades. La producción está apoyada por el centro de ingeniería Renault Technology Türkiye y se ha reforzado el uso de materiales reciclados en múltiples componentes. El salpicadero, por ejemplo, contiene un 50% de material reciclado; la consola central, un 37%; y el absorbedor del paragolpes trasero está fabricado íntegramente con plástico reciclado. Además, el 50% del aluminio empleado en las llantas procede de procesos de reciclaje. La marca asegura que todos los Clio son al menos un 85% reciclables y que la versión E-Tech Esprit Alpine alcanza un 33,7% de materiales de economía circular, un paso importante en el compromiso de Renault con la sostenibilidad.
Más grande, más conectado, con un arsenal tecnológico de seguridad y un híbrido de récord, el nuevo Clio se presenta como un utilitario capaz de ofrecer mucho más de lo que su tamaño sugiere. Renault busca con él no solo mantener su presencia en el segmento B, sino volver a marcar el ritmo en un mercado en plena transformación e incluso, por su capacidad interior, poder volver a atraer a clientes que echan de menos a los Mégane de combustión.