A todos nos ha pasado en algún momento o nos va a pasar: un desafortunado pinchazo hará que el coche pierda agarre, estabilidad y se convierta en un riesgo durante la conducción. Pero hay que saber actuar frente esta situación y evitar riesgos mientras se está conduciendo.
La situación puede hacer que la conducción se convierta en algo peligroso, así que hay que actuar con decisión y rapidez. El pinchazo puede producir que el neumático vaya perdiendo aire poco a poco. Esto hará que no haya un cambio brusco en la conducción, sino que se vaya notando un cambio en el comportamiento del coche. Esto se nota cuando el nivel de aire de un neumático está bajo, ya que la dirección se percibe irregular y no muy atracivo.
En cuanto se note que el coche no responde como es habitual, hay que comenzar a maniobrar con precaución, disminuir la velocidad y parar en un lugar seguro y adecuado. Una vez detenido el cocho, hay que comprobar el estado de los neumáticos. Si se detecta un neumático pinchado, es el momento de tirar mano de la rueda de repuesto o el kit antipinchazos.
Kit antipinchazos
En muchos coches actuales, la rueda de repuesto se ha sustituido por un kit antipinchazos. Este permite «cerrar» el pinchazo y evitar que el aire continue saliendo sin control. Esta solución puede ser la más adecuada para pinchazos en la banda de rodadura, si es de pequeño tamaño.
Si el pinchazo está en el lateral del neumático, es más complicado solucionarlo. El kit antipinchazos tiene instrucciones de uso, que hay que seguir para conseguir que cumpla con su función.
La rueda de repuesto
Los vehículos tienen que tener un sistema para reparar los pinchazos, bien sea ese kit antipinchazos o bien una rueda de repuesto. Esta ha de estar en un lugar accesible del vehículo y se debe poder cambiar con las herramientas facilitadas con el coche.
Estas herramientas deben incluir un gato, para elevar el vehículo en la zona afectada y poder manipular con seguridad la rueda. También han de incluir llaves para destornillar la rueda y permitir su cambio y colocar la rueda de repuesto en su lugar.
Muchas compañías de seguro incluyen el cambio de rueda en la póliza. Así que se puede pedir una grúa y que sea el operario quien se encargue de este servicio. Eso sí, el operario de la grúa solo cambiará la rueda o aplicará el kit antipinchazos, ya que tienen formación para hacerlo de forma correcta. No realizarán el cambio de neumáticos por unos nuevos. Una vez con la rueda cambiada o reparada, hay que dirigirse al taller más cercano para proceder al cambio de las dos ruedas del mismo eje.
Neumáticos nuevos
La rueda de repuesto suele ser una rueda para ser usada en caso de emergencia. No es apta para circular a alta velocidad y ha de ser utilizada solo para llegar hasta el taller. El kit antipinchazo también soluciona el problema de manera provisional, así que hay que dirigirse a un taller para comprobar que ha sido bien aplicado y que no requiere otra actuación.
La rueda puede necesitar que se cambie el neumático y en este caso, han de cambiarse los dos neumáticos del mismo eje.
Diferencia entre reventón y pinchazo
El pinchazo es más fácil de solucionar. Puede deberse a un clavo en la calzada que se ha clavado en el neumático y que provoca que se escape el aire poco a poco. Así que con un kit antipinchazos o con un parche puede ser solucionado de manera efectiva.
Por esto, en muchas ocasiones no es necesario cambiar los neumáticos. En cambio, un reventón provoca que el neumático explote, destrozándolo casi por completo. En ese caso, la llanta entra en contacto directo con el asfalto y esto es un problema.
En principio, porque si se produce el reventón durante la circulación a alta velocidad, por ejemplo en una autopista en la que se circula a 120 km/h, puede provocar que se pierda el control del vehículo. En este caso, hay que mantener la calma, recuperar el control del volante y reducir la velocidad.
Si se circula por el carril izquierdo, hay que colocarse en el carril derecho, señalizando correctamente la maniobra y deteniendo el coche en un lugar seguro. No se puede circular con el neumático reventado, ya que esto hace que el coche sea difícil de controlar, aún y todo a velocidades lentas.
Aún así, la llanta suele estar preparada para resistir el peso de vehículo durante un pequeño espacio de tiempo, así que puede permitir detener el coche y proceder al cambio del neumático.
No hay que conducir, bajo ningún concepto, con la rueda pinchada ni con el neumático reventado. Ante cualquiera de las dos situaciones, hay que proceder al cambio del neumático y después, cambiar los neumáticos por unos nuevos.