Nunca nos vamos a cansar de decir que los neumáticos son uno de los elementos más importantes para mantener la seguridad en el coche. Pero un correcto mantenimiento de estos no es solo asegurarse de que la presión es la adecuada, sino que hay que hacer otras acciones para que los neumáticos estén siempre en perfecto estado.
Desde luego, mantener la presión adecuada siempre es necesario. Hay que realizar una revisión de la presión cada pocas semanas. Esto ayuda a detectar alguna fuga de aire, un pinchazo o cualquier otro problema. Conducir con una presión inadecuada puede causar que el neumático se desgaste más de lo normal y haya que cambiarlo antes de lo previsto.
Rotar los neumáticos durante su vida útil
Una de las recomendaciones que no suelen tenerse en cuenta es realizar una rotación de los neumáticos. Los neumáticos delanteros no realizan el mismo trabajo ni reciben la misma carga que los traseros. Por este motivo, su desgaste es diferente y hay que tenerlo en cuenta. Al realizar la rotación, colocando los delanteros en la parte trasera y viceversa cada cierto tiempo, se consigue que el desgaste sea igual en todas las ruedas y se mantengan en condiciones durante más tiempo.
Banda de rodadura
La banda de rodadura puede desgastarse sin que nos demos cuenta. Las ranuras que están en la banda de rodadura van perdiendo profundidad y esto puede provocar serios problemas durante la conducción. La profundidad de estas ranuras ha de ser como mínimo de 16 mm. Esto quiere decir que si miden menos de esto, es el momento de cambiarlo. Una de las maneras de comprobar esta profundidad es colocar un euro en la ranura. Si se ve el marco amarillo, no tiene suficiente profundidad para circular con seguridad.
En este aspecto también debemos añadir la integridad de los neumáticos, es decir, ver si están dañados o deformados. Un bache, un golpe en un bordillo o cualquier objeto en la carretera puede provocar que haya un daño en la rueda y esto puede provocar situaciones de riesgo.
Alienación y equilibrado
Los ejes han de ir bien alienados y los neumáticos, correctamente equilibrados. Si estas condiciones no se dan, es posible que existan riesgos durante la conducción. Por ese motivo, es conveniente realizar estas comprobaciones cada vez que se cambian los neumáticos o en su defecto, cada 15.000 o 20.000 kilómetros.
Caducidad de los neumáticos
Los neumáticos caducan. También tienen fecha de caducidad, que es cuando comienza a perder su consistencia y también puede generar riesgos durante la conducción. Si se ve una goma agrietada, con zonas de desgaste o una rigidez elevada en algunos puntos, hay que pensar en cambiarlos.
La rueda de repuesto
En muchos modelos actuales, no hay rueda de repuesto y esta se ha sustituido por un kit antipinchazos. Muchas veces, no recordamos esa rueda ni el kit, pero hay que asegurarse de que está presente, en buenas condiciones y que se puede utilizar sin problemas en caso de necesidad.