La llegada del verano hace que tengamos ganas de salir a disfrutar del buen tiempo, y una de las posibilidades que existen es el uso de una furgoneta camperizada. Es una manera económica de salir de vacaciones, ya que se puede estacionar en muchos lugares y aunque resulta algo más cara que una furgoneta convencional, el ahorro es considerable, ya que se pernocta en ella.
El uso de este tipo de furgonetas no difiere en nada de las que no han sido convertidas, así que se ciñen a las normas de conducción y uso normales. No requieren ningún permiso adicional y con el carnet con el se puede conducir una furgoneta, se pueden conducir también. Ahora, eso sí, hay normas específicas para estacionar y pasar la noche.
Estacionar sí, pero pernoctar, no
Una furgoneta camperizada puede estacionar en cualquier lugar. E incluso se puede pernoctar en ella sin problemas. Al menos, en la mayoría de lugares. Lo que no se puede es «hacer vida» en ella. Esto quiere decir que aunque se pueda dormir en su interior, no se puede establecer como una vivienda rodante.
Para dormir sin problemas, no se debe interferir en la vía pública. Siempre y cuando solo se duerma y no se produzcan molestias en la vía pública, no hay problemas. Si se despliegan toldos, se sacan mesas y sillas fuera y se produce cualquier molestia en el exterior del vehículo, es cuando se entiende que no está estacionada, sino acamapada y es cuando puede haber una sanción.
Si se quiere realizar una actividad de acampada, hay que estacionar en lugares donde se permita, como los párkings para autocaravanas o en un cámping. De esta manera, no hay problemas. Por lo demás, no hay mayor diferencia con cualquier tipo de furgoneta comercial y se puede conducir sin más problemas. El único problema que podría haber es si la furgoneta es de gran tamaño y su peso máximo supera los 3.500 kg. Entonces haría falta el carnet de conducir que permita conducir vehículos de ese peso.