viernes, 02, mayo

Mazda CX-6e: el nuevo SUV que llega desde China con alma japonesa

Mazda siempre ha sido una marca de ir a contracorriente, pero a su manera, fiel a su estilo, su tradición, su tecnología. Quizás ha sido demasiado atrevida, pero ha hecho posible que el aficionado pueda conducir algunos de los coches más exóticos del planeta Tierra. Uno de ellos fue el Mazda MX-30 R-EV, la versión de rango extendido del eléctrico MX-30, cuyo corazón mecánico latía a ritmo de motor rotativo para producir la electricidad necesaria requerida por la unidad eléctrica, que es la que realmente propulsaba las ruedas. Curiosa pieza de colección, precisamente por ser un pedacito de la historia de Mazda, pero sin ventas, no hay beneficio; ya es un coche del pasado, descatalogado.

Pese a ello, Mazda siempre ha querido ser fiel a su ADN, a su manera de hacer las cosas, pero en los dos últimos lanzamientos previstos para Europa parece que se ha rendido a la vida fácil, porque sus nuevos coches son clones chinos adaptados al mercado más exigente del mundo, el nuestro.

El primero será el Mazda6e, la ya definitiva versión eléctrica de la berlina media de la marca, sucesor por tanto del Mazda 6, uno de los coches que marcaron una era dorada en Mazda. El segundo nuevo coche será un SUV, denominado Mazda CX-6e, otro vehículo que también ha tomado la base de un coche chino perteneciente al grupo Changan Automobile. En este caso, se trata del Deepal S07, lanzado en Europa con la marca Mazda y, eso sí, con los ajustes necesarios para no perder identidad en cuanto al privilegiado posicionamiento que tiene Mazda por imagen, comportamiento dinámico o calidades.

Dos versiones eléctricas con enfoques distintos

El Mazda CX-6e se venderá en dos versiones que se pueden considerar cien por cien eléctricas si tenemos en cuenta el tipo de motor que transmite la potencia al suelo. Sin embargo, una de ellas llevará motor de combustión y otra no. De esta última sabemos que tendrá un propulsor de 218 CV instalado sobre el eje posterior, alimentado por una batería de 80 kWh, aunque de momento desconocemos qué tipo de química la compone. Mazda anuncia una autonomía de 600 km según el ciclo de homologación chino, que en Europa serán algo menos de 500 km, una cifra algo modesta para las exigencias de este mercado, más cuando el CX-6e apunta alto por su tamaño de carrocería, aunque pretenda posicionarse con los precios más competitivos.

La segunda motorización es la que echa por tierra definitivamente la tecnología de motor rotativo como unidad estacionaria para generar energía, una solución que Mazda veía como visionaria y que parece quedar definitivamente guardada en el cajón de hitos de la marca. Así las cosas, para la versión eléctrica de autonomía extendida del Mazda CX-6e, se empleará un sencillo motor de 1.5 litros, cuatro cilindros y 53 CV. Ese pequeño propulsor será el encargado de producir la energía requerida por el motor eléctrico de 238 CV, una vez que se agoten los 32 kWh de batería disponible, que se podrán cargar como si fuera un coche híbrido enchufable, disponiendo de una extensa autonomía para uso diario y asegurando que puede hacer más de 1.000 km si se emplean las dos fuentes de energía disponibles, es decir, la batería y el depósito de gasolina.

Interior digitalizado y diseño exterior con ADN Mazda

Con el CX-6e, Mazda también abandona otros conceptos en los que siempre ha destacado, como la relación hombre-máquina. Y es que, en este caso, su nuevo SUV centraliza todas las funciones en una pantalla única situada al centro del salpicadero, convirtiéndolo en una verdadera sala de cine. La pantalla tiene resolución 5K y unas dimensiones de 26,5 pulgadas, impresionante por tanto en tamaño. Se trata de un concepto todo en uno en el que dejan de existir botones asignados para las funciones, integrando todos los mandos en la citada pantalla, la cual se puede manejar por mandos táctiles, gestuales o comandos de voz. Frente al conductor no hay un cuadro de relojes, pero sí un head-up display que proyecta la información de forma virtual sobre el parabrisas. Mazda también ofrece la opción de incorporar espejos exteriores mediante cámaras.

La carrocería del CX-6e tiene claros aires de Mazda en su frontal, lateral y trasera. El diseño está bien conseguido y seguro que la marca habrá logrado un óptimo coeficiente aerodinámico para maximizar la autonomía reduciendo el sonido en el habitáculo. Su longitud se sitúa a medio camino entre el CX-60 y el CX-80, dos SUV clásicos de la marca. Mide concretamente 4,85 m de longitud, 1,94 m de anchura y 1,62 m de altura, destacando por ser un coche bastante bajo y ancho. A lo largo de 2025, se pondrá a la venta en nuestro mercado.

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